Al igual que la Santa Biblia, el Libro de Mormón testifica de Jesucristo. El acontecimiento más importante registrado en el Libro de Mormón es la visita de Jesucristo a los creyentes en la antigua América. Este relato muestra que Dios extiende las mismas bendiciones y oportunidades a todos Sus hijos y que Su amor no está limitado a personas de una sola área del mundo. No importa qué idioma hablemos o cómo nos veamos, Dios nos ama y quiere que nos acerquemos a Él.

A continuación encontrarás un resumen de esta historia que se relata en el Libro de Mormón:

En esencia, el Libro de Mormón es una historia sobre una familia. Lehi, el padre de esa familia, es un profeta en la antigua Jerusalén. Dios advierte a Lehi en un sueño que lleve a su familia y abandone Jerusalén, porque la ciudad y su gente pronto serán tomadas cautivas por otra nación. Cruzan el océano hacia las Américas. Laman y Lemuel, los hijos mayores, no creen que su padre, Lehi, estuviera inspirado y se quejan constantemente. Su hermano menor, Nefi, está lleno de fe y es elegido por Dios para liderar a la familia y ser su maestro.

Con el tiempo, el pueblo se divide en dos grupos, los nefitas y los lamanitas. Estos grupos a menudo están en guerra, y su fe se pone a prueba constantemente. Esta fe llena las páginas del Libro de Mormón en forma de poderosos sermones, profecías, lecciones de vida y experiencias espirituales.

Después de que Jesús resucita en Jerusalén, visita a la gente en las Américas. Les enseña sobre el bautismo, el arrepentimiento y el perdón, sana a los enfermos y bendice a sus hijos. Establece Su Iglesia y, a diferencia de la gente en Jerusalén, ellos escuchan a Jesús. Después, viven en paz durante cientos de años. Con el tiempo, el pueblo pierde su fe; y un profeta llamado Moroni entierra sus registros para preservarlos para un tiempo y pueblo futuro: para nosotros. José Smith fue dirigido a esos registros y tradujo el Libro de Mormón mediante el poder de Dios. Sus enseñanzas aumentan la fe en Jesucristo e inspiran a millones de personas hoy en día. 

El Libro de Mormón testifica de la Biblia y la complementa, brindando más claridad y comprensión a las enseñanzas de Jesús. Es similar a lo que ocurre en la Biblia, donde Mateo, Marcos, Lucas y Juan cuentan las mismas historias sobre Jesús desde diferentes perspectivas y esto ofrece una imagen más completa.

Juntos, el Libro de Mormón y la Biblia contienen miles de años de inspiración, guía e instrucción. Al estudiar ambos libros, puedes obtener una mejor comprensión de quién es Dios y qué desea para ti. 

Cuando Jesucristo visitó al pueblo de la antigua América, les enseñó el mismo Evangelio que enseñó en Jerusalén. Muchos pasajes del Libro de Mormón pueden sonarte familiares. Jesús enseñó las Bienaventuranzas y la oración del Señor (el Padrenuestro). También les mandó tomar pan y vino en memoria de Su cuerpo y Su sangre. Una de las bendiciones del Libro de Mormón son las palabras que Jesús pronunció que explican y aclaran las enseñanzas de la Biblia: 

“Y también os digo que debéis arrepentiros, y volveros como un niño pequeñito, y ser bautizados en mi nombre” (3 Nefi 11:37). 

“Porque en verdad, en verdad os digo que aquel que tiene el espíritu  de contención no es mío” (3 Nefi 11:29). 

“Orad al Padre en vuestras familias, siempre en mi nombre, para que sean bendecidos vuestras esposas y vuestros hijos” (3 Nefi 18:21).

“He aquí, yo soy la ley y la luz. Mirad hacia mí, y perseverad hasta el fin, y viviréis; porque al que persevere hasta el fin, le daré vida eterna” (3 Nefi 15:9).

“Por tanto, id a vuestras casas, y meditad las cosas que os he dicho, y pedid al Padre en mi nombre que podáis entender; y preparad vuestras mentes para mañana, y vendré a vosotros otra vez” (3 Nefi 17:3).

“Por tanto, cualquier cosa que hagáis, la haréis en mi nombre, de modo que daréis mi nombre a la iglesia; y en mi nombre pediréis al Padre que bendiga a la iglesia por mi causa” (3 Nefi 27:7). 

Los misioneros son voluntarios que han dejado a un lado sus vidas normales hasta por dos años para ayudar a otras personas a acercarse más a Jesucristo. Antes de salir a la misión eran estudiantes, empleados, atletas, ratones de biblioteca, músicos y, bueno, ya te haces una idea. Cuando terminen de prestar servicio, regresarán a casa para terminar sus estudios, trabajar, salir en citas y casarse y vivir una vida bastante normal.

Vienen de todas partes del mundo. No es inusual que los misioneros sirvan en otro país y hablen un idioma que no es el suyo. Los misioneros sirven cuando son adultos solteros o durante los años de su jubilación, solos o como matrimonios. Sea cual sea su edad, su motivación es sincera; dejan sus hogares y familias por un tiempo para hacer lo que Jesús enseñó a Sus Apóstoles: “Id por todo el mundo y predicad el evangelio a toda criatura” (Marcos 16:15). 

Los horarios de las reuniones de la Iglesia varían de una congregación a otra. Sin embargo, siempre puedes contar con que habrá un servicio principal de adoración para todos, seguido de clases para niños, jóvenes y adultos. 

La reunión dirigida a toda la congregación se llama “reunión sacramental”, y consta de himnos, oraciones y sermones (o “discursos”) ofrecidos por diferentes miembros de la congregación. Pero la parte más importante de la reunión es cuando tomamos la Santa Cena (que es similar a la comunión) para recordar al Salvador. 

Si deseas venir a adorar con nosotros, los misioneros pueden contestar tus preguntas, compartir información sobre la hora y el lugar de tus servicios de adoración más cercanos, y te guardarán un asiento cuando estés listo para venir a visitarnos.