Siente el amor de Dios por ti

Todas las enseñanzas de los misioneros se basan en una verdad simple: eres un hijo de Dios. Acércate más a tu Padre Celestial mientras aprendes más sobre tu relación con Él y Su plan para ti.

La evidencia del amor de Dios está a tu alrededor. Si te resulta difícil verlo, no pierdas la esperanza. A veces la vida es difícil, pero Dios no te ha abandonado. Cuando te acercas a Él, Dios responde. Los misioneros pueden enseñarte cómo comunicarte con tu Padre Celestial a través de la oración y cómo reconocer Su guía amorosa en tu vida. También te ayudarán a comprender el plan de Dios para ti, un plan que te puede llevar de regreso a Su presencia, para vivir con Él para siempre.

Fortalece, repara o encuentra tu conexión con Dios. Reúnete con los misioneros.

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Personas reales comparten cómo la confianza en Dios les ha traído amor, apoyo y paz

“Me arrodillé en oración y simplemente abrí mi corazón, y le dije a Dios que realmente necesitaba Su ayuda. Un sentimiento abrumador de paz me envolvió por completo y todos los sentimientos de inquietud, dolor, negatividad... desaparecieron por completo”.

Erick

“No importa cuánto temor sienta por el futuro... hago una pequeña oración en mi mente o algo así, y el día simplemente se vuelve más fácil o siento un poco más de apoyo. Es solo un sentimiento que tengo, pero sé que [Dios] está ahí y me está ayudando”.

Cardin

“El saber que tengo un Padre celestial realmente me llena de esperanza. ...un padre de aquí del mundo, se preocupa por sus hijos, pero un padre que está en los cielos—un Padre celestial como es Dios—se preocupa a niveles que no podemos comprender”.

Chuy

“Los misioneros finalmente me dijeron: 'Si quieres saber si esto es verdad... no te dejes convencer solo por nuestras palabras. Ve a la fuente de toda verdad'. Y eso hice. Cuando le pregunté a Dios si lo que me estaban diciendo era verdad, trajo un sentimiento de amor, alegría y paz”.

Paris

Qué esperar de tu visita con los misioneros

Estamos entusiasmados por reunirnos contigo y ayudarte a estar más cerca de Dios. Esto es lo que podría ser tu visita:

Nos conoceremos mutuamente.
Oraremos juntos.
Aprenderemos de Dios y te compartiremos Sus palabras como se encuentran en las Escrituras.
Les invitaremos a ti y a tu familia a adorar con nosotros en la iglesia.

Dios es tu Padre Celestial y te ama. Te envió aquí para aprender y crecer, y no desea nada más que tu regreso para vivir con Él en alegría y paz eternas. Para hacer esto posible, Dios envió a Jesucristo para ser tu Salvador y Redentor.

¿Quién es Dios?

Dios es el Padre de nuestros espíritus. Vivíamos con Él antes de nacer y elegimos seguir Su plan de felicidad. Este plan incluye venir a la tierra para obtener un cuerpo físico, experimentar felicidad verdadera y enfrentar desafíos que nos ayuden a aprender y crecer.

Como padre amoroso, Dios no te ha dejado solo para encontrar el camino de regreso a Él. Si estás dispuesto a confiar en Él, puedes encontrar guía a través de la oración, el estudio de las Escrituras, la adoración en la iglesia y escuchar las palabras de los profetas. Si no estás seguro por dónde empezar, los misioneros pueden ayudarte.

Dios también nos envió un Salvador, Jesucristo. La Biblia enseña: "Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree no se pierda, mas tenga vida eterna" (Juan 3:16).

Todos cometemos errores que, sin un Salvador, nos harían incapaces de vivir en la santa y perfecta presencia de Dios. La buena noticia del Evangelio es que Jesús pagó el precio por todos nuestros pecados y venció a la muerte. Gracias a Su sacrificio, puedes arrepentirte, ser perdonado y tener la oportunidad de vivir con Dios y tus seres queridos para siempre.

¿Son Dios, Jesucristo y el Espíritu Santo el mismo Ser?

Creemos que Dios el Padre, Jesucristo y el Espíritu Santo son tres seres distintos que tienen diferentes roles, pero están perfectamente unidos en propósito. Juntos, conforman la Trinidad. Esta perspectiva difiere de la creencia en la Santísima Trinidad de algunas denominaciones cristianas. Una bella ilustración de los roles distintos pero unidos en propósito de Dios, Jesucristo y el Espíritu Santo se encuentra en el relato bíblico del bautismo de Jesucristo. Mateo 3:16–17 dice:

“Y Jesús, después que fue bautizado, subió inmediatamente del agua; y he aquí, los cielos le fueron abiertos, y vio al Espíritu de Dios que descendía como paloma y se posaba sobre él”.

“Y he aquí, una voz de los cielos que decía: Este es mi Hijo amado, en quien me complazco”.

¿Qué significa conocer a Dios para mí?

Puedes experimentar más gozo al poner a Dios en el centro de tu vida. Comprender el plan de felicidad de Dios puede añadir propósito y significado a tu vida. Puedes tener esperanza de que la muerte no sea el fin de nuestro viaje y que algún día puedas vivir de nuevo con Dios y tus seres queridos. Puedes encontrar fortaleza y consuelo de Dios en tiempos difíciles cuando ores. Confía en Él.

Los misioneros pueden ayudarte a experimentar estas bendiciones mientras te enseñan más sobre tu Padre Celestial y Su plan para ti.

5 formas de fortalecer tu relación con Dios:

Conecta con Dios a través de la oración.
Aprende lo que Dios desea comunicarte mientras estudias Sus palabras en las Escrituras.
Acércate a Dios al adorarlo en la iglesia.
Descubre los mensajes que Dios nos ha enviado a través de profetas vivientes.
Fortalece tu fe a través de la acción al seguir los mandamientos de Dios.

Preguntas frecuentes

Los misioneros son voluntarios que han dejado a un lado su vida normal hasta por dos años para ayudar a otras personas a acercarse más a Jesucristo. Antes de salir a la misión eran estudiantes, empleados, atletas, ratones de biblioteca, músicos y, bueno, ya te haces una idea. Cuando terminen de prestar servicio, regresarán a casa para terminar sus estudios, trabajar, salir en citas y casarse y vivir una vida bastante normal.

Vienen de todas partes del mundo. No es inusual que los misioneros sirvan en otro país y hablen un idioma que no es el suyo. Los misioneros sirven cuando son adultos solteros o durante los años de su jubilación, solos o como matrimonio. Sea cual sea su edad, su motivación es sincera; dejan sus hogares y familias durante un tiempo para hacer lo que Jesús enseñó a Sus Apóstoles: “Id por todo el mundo y predicad el evangelio a toda criatura” (Marcos 16:15).

Dios no elimina las pruebas y dificultades de tu vida porque te ama. Te envió a la tierra para que puedas crecer y llegar a ser más semejante a Él. Al permitirte experimentar las luchas que te ayudan a aprender, podrías sentir erróneamente que eso es prueba de que Él no se preocupa por ti. De hecho, muestra lo contrario: Dios te ama lo suficiente como para permitirte crecer hacia tu potencial divino como Su hijo.

Las cosas malas que te suceden aquí en la tierra pueden sentirse abrumadoras en este momento, pero son solo un breve instante en el transcurso de tu vida eterna. Todo lo que parece injusto en esta vida será corregido en la siguiente, y comprenderás la verdadera alegría del plan de Dios para tu felicidad. El apóstol Pablo enseñó que al tener fe en Jesucristo, las aflicciones temporales de esta vida conducirán a "un cada vez más y eterno peso de gloria”(2 Corintios 4:17).

Recibir respuestas de Dios es una experiencia muy personal. Como tu Padre Celestial, Él sabe la mejor manera de guiarte en tu vida, y es posible que sea diferente de la forma en que habla con alguien más. Si te resulta difícil sentir que Él te está escuchando, intenta tener paciencia. Reconoce que Dios puede responderte de muchas formas distintas, incluyendo:

Pasajes de las Escrituras.
Las palabras y acciones amables de otras personas.
Sentimientos de paz del Espíritu Santo.
Un obstáculo que te ayuda a ver que estás tomando un curso equivocado.
Un pensamiento inspirado que llega a tu mente cuando te esfuerzas por invitar la influencia del Espíritu Santo en tu vida.

Los horarios de las reuniones de la Iglesia varían de una congregación a otra. Sin embargo, siempre puedes contar con que habrá un servicio principal de adoración para todos, seguido de clases para niños, jóvenes y adultos.

La reunión dirigida a toda la congregación se llama “reunión sacramental”, y consta de himnos, oraciones y sermones (o “discursos”) ofrecidos por diferentes miembros de la congregación. Pero la parte más importante de la reunión es cuando tomamos la Santa Cena (que es similar a la comunión) para recordar al Salvador.

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