¿Por qué es importante la oración familiar?
Puedes comunicarte con Dios, tu Padre Celestial, por medio de la oración. Dios y Sus líderes inspirados han aconsejado que las familias oren juntas con frecuencia. La oración como familia les ayudará a acercarse a Dios y a estar más unidos.
El poder de la oración
La oración trae bendiciones y paz a tu hogar
Dios “es galardonador de los que le buscan” (Hebreos 11:6). Tu Padre Celestial quiere ayudarte a seguir adelante. Jesús enseñó: “Orad al Padre en vuestras familias, siempre en mi nombre, para que sean bendecidos [vuestros cónyuges] y vuestros hijos.” (3 Nefi 18:21). Cuando oran como familia, el Espíritu Santo puede traer sentimientos de consuelo y un espíritu de amor a tu hogar. La oración familiar puede relajar la tensión y traer felicidad duradera a tu familia. Te puede ayudar a ti y al resto de tu familia a ser más paciente, amable, humilde y a perdonar.
La oración fortalece a tu familia
Dios te tiene presente a ti y a tu familia, y espera que te acerques a Él en oración como familia. La oración como familia los acercará más a Dios y los hará más unidos.
Cuando te arrodillas con tu familia para orar, estás haciendo mucho más que hablar con Dios. Estás demostrando fe y estás sirviendo a Dios por medio de tus oraciones. La oración como familia fortalece tu amor cuando oran unos por los otros. Tus oraciones familiares pueden bendecir a tus hijos y a las generaciones futuras.
La oración bendice a otros
Cuando ores con tu familia, recuerden las necesidades de otros. Ayuda a los miembros de la familia a darse cuenta de que hay personas a su alrededor que están tristes o que necesitan ayuda. Recuerden a las personas que tienen responsabilidades en la Iglesia y oren por ellos. Por medio de la oración, tu familia puede desarrollar un amor más profundo por todas las personas.
La oración diaria con tu famila
Cómo orar con tu familia
La oración no tiene que ser formal, elocuente o memorizada. Puedes hablar con Dios como lo haces con cualquier otra persona. Él quiere que le hables con sinceridad y de todo corazón. Para comenzar una oración, dirígete a Dios diciendo: “Querido Padre Celestial”. Luego, ten una plática con Dios: exprésale agradecimiento, dile cómo te sientes y pide las bendiciones que tú o tus hijos necesitan. Después, puedes terminar tu oración diciendo: “En el nombre de Jesucristo, amén”.
Cuando ores con tu familia, elige a una persona para orar y pídeles a los demás que escuchen, se arrodillen e inclinen sus cabezas en reverencia mientras esa persona ora. Enseña a los miembros de tu familia a orar y tomen turnos para hacerlo cada día.
Ora con frecuencia
Dios nos ha aconsejado: “Clamad a él en vuestras casas, sí, por todos los de vuestra casa, tanto por la mañana, como al mediodía y al atardecer.” (Alma 34:21). Esta vida está llena de desafíos, decisiones difíciles y tentaciones. Él quiere que oremos con frecuencia para que pueda estar con nosotros y con los que más amamos. En otras palabras: “dejad que rebosen vuestros corazones, entregados continuamente en oración.”(Alma 34:27). Propónganse orar como familia al menos una vez al día y animen a los otros miembros de la familia a que oren individualmente también.
La oración es también una manera de dar gracias a Dios por las bendiciones que tenemos. Tomar tiempo para meditar con un corazón de gratitud nos ayuda a sentir el amor de Dios y de nuestra familia.
Oren juntos
Encuentren momentos en los que puedan establecer una rutina para orar juntos, ya sea antes del desayuno, después de la comida o antes de irse a dormir. Pongan la oración familiar en primer lugar. Cuando tú y tu familia oran a Dios “con toda la energía de vuestros corazones" (Moroni 7:48), tu familia puede recibir la fortaleza para soportar las pruebas y desafíos que muchas veces destruyen y separan a las familias. Pueden llenarse del amor de Dios por su propia familia y por aquellos que los rodean.