
¿Cómo obtengo respuestas?
Imagina que estás en un lugar donde te sientes cómodo para hablar de lo que hay en tu corazón en oración. Pides ayuda, expresas gratitud, admites tus errores y expresas el compromiso de intentarlo con más ahínco. No estás simplemente recitando palabras vacías, estás hablando con Dios. Pero, ¿y si estás haciendo todo eso y todavía no estás seguro de que Dios te esté respondiendo?
Bueno, significa que eres humano. Todos enfrentan dificultades para obtener respuestas a sus oraciones en algún momento u otro. Parte de la razón por la que puede ser difícil es porque Dios puede contestar las oraciones de muchas maneras distintas. Pero una de las maneras más consistentes en la que Dios contesta las oraciones es a través del Espíritu Santo. El Espíritu Santo, a quien en ocasiones se hace referencia simplemente como el Espíritu, es una de las maneras en la que Dios nos consuela, instruye, advierte y guía. Cuando ores, probablemente no escucharás una voz audible que te hable, pero podrás sentir la influencia del Espíritu Santo en tu corazón.
De las Escrituras
¿Cómo se siente el Espíritu Santo? Cuando estés orando, presta atención a los siguientes sentimientos que la Biblia llama los “frutos del espíritu”.




Al orar

Algo particular de la oración es que requiere paciencia. A menudo, las respuestas llegan lentamente. De hecho, si no estás prestando atención, podrías no reconocerlas. Con esto en mente, una buena manera de ayudarte a reconocer cómo Dios ha contestado tus oraciones es ofrecer oraciones de gratitud. Al dedicar tiempo a buscar y reconocer las cosas buenas de tu vida y del mundo que te rodea, serás bendecido con claridad para ver la mano de Dios en tu vida. Sabrás que en verdad no estás solo. Dios te escucha. Dios te ama. Dios te responde. Ese es el verdadero poder de la oración.