Una iglesia de voluntarios

Nuestras reuniones dominicales y otros programas se llevan a cabo en su totalidad por personas voluntarias. Todas las congregaciones están organizadas por área geográfica, así que en verdad somos una comunidad local que compartimos nuestros talentos y nos ayudamos unos a otros para acercarnos más a Dios.

Dos mujeres en la Iglesia se abrazan

El valor de los voluntarios

En las congregaciones locales de la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días, las personas dependen unas de otras para asegurarse que todos estén bien cuidados. Las personas reciben asignaciones, o “llamamientos”, que les permiten participar en diferentes aspectos de nuestra adoración. Por ejemplo, en lugar de que un ministro diga el sermón cada semana, esa participación se divide entre los miembros de la congregación. Además de los discursos, hay otras responsabilidades que incluyen ayudar en las diferentes organizaciones que dan servicio a las mujeres, hombres, jóvenes y niños de la congregación. 

Además, cada congregación recibe dirección de un Obispo que está allí para asegurarse de que se cubran las necesidades de todos. Como todos los demás, el Obispo sirve también como voluntario. Ningún llamamiento es permanente, incluyendo el del Obispo. Por el contrario, la gente recibe nuevas oportunidades para contribuir de maneras variadas y gratificantes. Con este énfasis en el servicio voluntario, todos los que participan son miembros apreciados de la congregación. Así que, por favor, ven a adorar con nosotros. Nos hace falta tu punto de vista y tus talentos únicos.

De la comunidad a la congregación

Cada una de nuestras congregaciones está organizada geográficamente. Se anima a las personas a que asistan a la congregación que corresponde a donde viven. De esta manera, cada congregación puede funcionar mejor, pues como vecinos pueden estar en contacto y fortalecerse. También se toman en cuenta otros factores para agrupar a congregaciones con necesidades especiales. Por ejemplo, puede haber congregaciones que son especialmente para jóvenes adultos solteros o para grupos que hablan un idioma diferente. En la Iglesia de Jesucristo, se le llama “barrio” a cada congregación local. Un grupo de barrios hace una estaca. Reciben este nombre de acuerdo a la escritura bíblica de Isaías 54:2, donde se compara a la iglesia de Dios con una gran tienda con estacas fuertes que se extienden para hacer espacio para todos los hijos de Dios.

Congregaciones locales, influencia mundial

Cada congregación existe para servir y cubrir las necesidades de la comunidad local. Los barrios alrededor del mundo están conectados entre sí por medio del liderazgo de la Iglesia a nivel mundial. Esto garantiza que cada barrio tenga los recursos y apoyo necesarios para los miembros locales, sin importar dónde se encuentren.

Una mujer dirige los himnos en una servicio de adoración

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