¿Comprende realmente Jesús cómo me siento?
En momentos de tristeza o incertidumbre, algunas veces sentimos como si nadie pudiera entender por lo que estamos pasando. Pero nunca estamos completamente solos. Jesús comprende plenamente cómo nos sentimos porque Él también lo ha sentido.
Por qué Jesús nos comprende
En tiempos de adversidad, puede resultar difícil imaginar que alguien comprende nuestros problemas. Podemos sentir que no hay esperanza, que estamos solos e incluso que Dios se ha olvidado de nosotros. Pero hay Uno que sí comprende. Jesús conoce tu dolor y sabe cómo ayudarte a pasar por ello. Él vivió, sufrió y murió por cada uno de nosotros para que nunca tuviéramos que estar solos.
Jesús vino a la tierra para saber cómo elevarnos durante nuestras pruebas. Él ha experimentado nuestras tentaciones, dolores, tristezas y aflicciones. Los siguientes pasajes de las Escrituras enseñan que Jesús realmente entiende cómo nos sentimos.
“Porque no tenemos un sumo sacerdote que no pueda compadecerse de nuestras flaquezas, sino uno que fue tentado en todo según nuestra semejanza, pero sin pecado” (Hebreos 4:15).
“Y él saldrá, sufriendo dolores, aflicciones y tentaciones de todas clases; y esto para que se cumpla la palabra que dice: Tomará sobre sí los dolores y las enfermedades de su pueblo.
“Y tomará sobre sí la muerte, para soltar las ligaduras de la muerte que sujetan a su pueblo; y sus debilidades tomará él sobre sí, para que sus entrañas sean llenas de misericordia, según la carne, a fin de que según la carne sepa cómo socorrer a los de su pueblo, de acuerdo con las debilidades de ellos.
“Ahora bien, el Espíritu sabe todas las cosas; sin embargo, el Hijo de Dios padece según la carne, a fin de tomar sobre sí los pecados de su pueblo, para borrar sus transgresiones según el poder de su liberación; y he aquí, este es el testimonio que hay en mí” (Alma 7:11−13).
¿Cómo puedo acercarme más a Jesús?
Si deseamos sentir la paz que proviene de saber que el Salvador entiende cómo nos sentimos, debemos acercarnos más a Él. Lo hacemos al tener fe en Él, al arrepentirnos de nuestros pecados y al confiar en Su sabiduría. Podemos estudiar Su palabra, guardar Sus mandamientos y seguir Su ejemplo. Podemos acudir a Dios en oración para recibir consuelo cuando no podemos continuar solos.
Jesús comprende por lo que estamos pasando. Él quiere que seamos felices. Él desea ayudarnos en nuestras pruebas personales. Cuando escogemos seguirlo a Él podemos saber que, independientemente de lo que estemos pasando, nunca estamos realmente solos.