
Getsemaní, el Monte de los Olivos
39 Y saliendo, se fue, como solía, al monte de los Olivos; y sus discípulos también le siguieron.
40 Y cuando llegó a aquel lugar, les dijo: Orad para que no entréis en tentación.
41 Y él se apartó de ellos a una distancia como de un tiro de piedra; y puesto de rodillas oró,
42 diciendo: Padre, si quieres, pasa de mí esta copa; pero no se haga mi voluntad, sino la tuya.
43 Entonces se le apareció un ángel del cielo para fortalecerle.
44 Y estando en agonía, oraba más intensamente; y era su sudor como grandes gotas de sangre que caían a tierra.
45 Y cuando se levantó de la oración y fue a sus discípulos, los halló durmiendo a causa de la tristeza;
46 y les dijo: ¿Por qué dormís? Levantaos y orad para que no entréis en tentación.
El Monte de los Olivos es una cresta de un kilómetro y medio (una milla) de longitud que se alza sobre el lado oriental de Jerusalén. En la época de Jesús incluía un jardín donde, al amparo de la noche, Él y sus discípulos acudieron a orar después de la Última Cena. Sus exhaustos discípulos se durmieron rápidamente, pero no hubo descanso para Jesucristo. Fue allí donde se arrodilló e hizo lo que sólo Él podía hacer. En Getsemaní, el hijo de Dios oró angustiado mientras sufría por los pecados de toda la humanidad.
La invitación

Es difícil imaginar a alguien sufriendo tanto dolor por nosotros. Pero Jesucristo lo hizo porque para Él, tú vales la pena. Eres un hijo de Dios con un inmenso valor. Dedica algo de tiempo hoy para escribir tus buenas cualidades y recordar tu potencial de ser la mejor versión de ti mismo que puedes ser.

¿Cómo te sientes al saber que Dios es tu Padre Celestial?
¿Qué dirían tus amigos y familiares si se les preguntara acerca de tu mejor cualidad?
¿Qué cualidades de Jesucristo sería la que más te gustaría emular?

Jesús, Pedro, Santiago y Juan van al Jardín de Getsemaní. Jesús se somete a la voluntad del Padre y comienza a sufrir por los pecados y las aflicciones de la humanidad.

Jesucristo, el Hijo Unigénito de Dios y Rey de los judíos, nació para ofrecerse en sacrificio a fin de expiar los pecados del género humano.

Jesús enseña que Él es el Pan de Vida. Pedro testifica que Jesús es el Cristo, el Hijo del Dios viviente.
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