¿Existe Dios?

Cuando buscas respuestas con sinceridad, puedes comenzar a ver la mano de Dios en tu vida.

Una persona se sienta en un banco mirando hacia el cielo nocturno

¿Alguna vez has visto un virus con tus propios ojos? ¿Y un electrón o una molécula de oxígeno? Es probable que cada día creas en la existencia de cosas que no has visto con tus propios ojos. Las evidencias que sientes (secreción nasal cuando tienes un resfriado o el alivio al respirar hondo) son suficientes para creer.

Creer en Dios funciona de una manera parecida.

Evidencia de la existencia de Dios

Aunque algunas personas creen que todo el universo no es más que el resultado de un accidente al azar, hay evidencias a nuestro alrededor de que somos parte de algo más grande. El Libro de Mormón, un libro de Escrituras como la Biblia, enseña: “… todas las cosas indican que hay un Dios, sí, aun la tierra y todo cuanto hay sobre ella, sí, y su movimiento, sí, y también todos los planetas que se mueven en su orden regular testifican que hay un Creador Supremo” (Alma 30:44).

La ciencia y la religión trabajan en conjunto para testificar de Dios. Por medio de la ciencia, puedes comenzar a entender el orden y la complejidad sorprendentes de las creaciones de Dios. Mediante la religión, puedes encontrar respuestas al porqué de nuestra existencia, leer las palabras de personas que fueron testigos de los milagros de Dios y tener tus propias experiencias personales con el amor de Dios.

Los científicos obtienen respuestas al hacerse preguntas, estudiar y poner sus creencias a prueba. Las respuestas espirituales se obtienen de la misma manera, es necesario actuar. Estas son algunas de las cosas que puedes hacer para saber que Dios está ahí.

Orar
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La Biblia promete que “todo lo que pidáis en oración, creyendo, lo recibiréis” (Mateo 21:22). Ora sinceramente para saber que Dios es real y que te ama. Es posible que no recibas una respuesta inmediata o de la manera que esperas, pero si perseveras, llegará. Las respuestas de Dios se reciben por medio del Espíritu Santo y normalmente llegan a través de sentimientos o pensamientos.
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Estudiar las Escrituras
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Si sientes que tu fe es pequeña o débil, puedes hallar fortaleza al estudiar la palabra de Dios y las palabras de las personas que lo han visto o que han sido testigos de Sus milagros. Escribe tus propias preguntas y busca las respuestas en las Santas Escrituras.
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Ejercer la fe
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Las Escrituras están llenas de promesas que puedes poner a prueba, incluso la promesa de que si pones tu confianza en Dios, Él guiará tu vida (Proverbios 3:5–6). Cuando encuentres esas promesas, demuestra tu fe al actuar de acuerdo con ellas y observa lo que sucede.
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Buscar la influencia de Dios
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La Biblia promete que “para los que aman a Dios, todas las cosas obrarán juntamente para su bien…” (Romanos 8:28). Si le dedicas tiempo a meditar cada día en las cosas por las que debes estar agradecido, podrás empezar a reconocer la manera en que Dios ha ayudado a que “todas las cosas obr[en] juntamente para […] bien” en tu vida.
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Silueta de una mujer al atardecer
“Los cielos cuentan la gloria de Dios, y el firmamento proclama la obra de sus manos”.

—Salmo 19:1 (Antiguo Testamento)

“Creed en Dios; creed que él existe, y que creó todas las cosas, tanto en el cielo como en la tierra; creed que él tiene toda sabiduría y todo poder, tanto en el cielo como en la tierra; creed que el hombre no comprende todas las cosas que el Señor puede comprender”.

— Mosíah 4:9 (Libro de Mormón)

“En el principio creó Dios los cielos y la tierra”.

—Génesis 1:1 (Antiguo Testamento)

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