¿Cuál es el propósito de mi vida?
Dios tiene un plan para ti. Él te ama y desea que tengas éxito.
No estás aquí en la tierra por accidente. Si tu vida parece que se ha convertido en un ciclo interminable de tareas sin sentido o de entretenimiento vacío, recuerda que estás destinado a mucho más que simplemente existir día a día.
A fin de comprender tu propósito, debes remontarte al comienzo. La historia de tu vida comienza antes de que nacieras, cuando existías como espíritu en el cielo con Dios y con el resto de Sus hijos procreados como espíritus. Dios ha creado un plan para ayudarte, y a todos Sus hijos, a aprender y crecer para llegar a ser como Él. Él te envió a la tierra para recibir un cuerpo físico y para enfrentar pruebas que te ayudarían a ser más fuerte.
El plan de Dios no fue hecho al azar. Se ha diseñado cuidadosamente para proporcionarte las experiencias que necesitas a fin de que vuelvas nuevamente a Él siendo una mejor persona y con más experiencia. El desafío es tener fe en Su plan, aunque no tengamos todas las respuestas.
¿Cómo puedes seguir el plan de Dios?
Seguir a Jesucristo
Debido a que todos cometemos errores, Dios envió a Su Hijo, Jesucristo, para expiar —o enmendar— nuestros pecados. Él sufrió y murió por nosotros para que, si nos arrepentimos sinceramente, nuestros pecados sean perdonados y podamos ser dignos otra vez de vivir en la presencia de Dios.
“Porque de tal manera amó Dios al mundo que ha dado a su Hijo Unigénito, para que todo aquel que en él cree no se pierda, mas tenga vida eterna” (Juan 3:16).
Cuando aceptas a Jesucristo y sigues Su ejemplo, puedes disfrutar de más amor, paz y un sentido de propósito. Dos de las maneras más importantes en las que puedes seguir Su ejemplo son:
El propósito del plan de Dios es brindarnos felicidad eterna. Cuanto más entiendes Su plan, más te das cuenta de que no podrás volver a Dios por mérito propio. Él hizo posible que cada pecado y cada error que cometas durante esta prueba de la vida desaparezca y sea olvidado por medio de Jesucristo.
Puedes mostrar amor y gratitud a tu Padre Celestial al guardar Sus mandamientos —que incluyen el mandamiento de ser bautizado— y al arrepentirte cuando cometes errores. Se necesita un esfuerzo continuo para volver a Dios, pero por medio de Jesucristo, que es clave para el plan de Dios, puedes hacerlo.
Dar y recibir amor añade significado a la vida. Cuando muestras amor por otras personas, te acercas a Dios y puedes comprender mejor Su amor por todos nosotros. Como enseña la Biblia: “Todo aquel que ama ha nacido de Dios y conoce a Dios” (1 Juan 4:7).
Tus hechos tienen el poder de bendecir grandemente la vida de tu familia, tus amigos y las personas que te rodean. A medida que trates de seguir el ejemplo de bondad de Jesús, dejarás tu huella y harás del mundo un lugar mejor. No subestimes el potencial que tienes de influir para bien en los demás, ya sea mediante tu servicio o tu ejemplo.