La gratitud es simple. Es reconocer las cosas buenas que has recibido y dar gracias por ellas a cambio. La gratitud puede verse de muchas maneras. A veces es tan sencillo como reconocer silenciosamente lo bendecido que eres. Algunas otras veces, puede ser una palabra amable, una tarjeta de agradecimiento o una oración sincera a Dios.

¿Qué pasa si sientes que no tienes mucho por lo cual agradecer? Sin importar quien seas, expresar gratitud realmente te ayuda a poner la vida en perspectiva. Toma tiempo hoy para hacer una lista de todas las bendiciones en tu vida. Algunas de ellas podrían incluir la salud, tus relaciones familiares o el conocimiento de Dios. Cualesquiera que sean tus circunstancias, enfocarte en lo bueno de la vida puede ayudarte a convertirte en una persona más feliz. Y no solo eso, sino que mostrar gratitud también te puede ayudar a desarrollar una relación con Dios al darte cuenta de cuánto Él te ha dado.

Deberíamos estar agradecidos por nuestros padres, familia, amigos, maestros y todos los que nos han ayudado de alguna manera. Piensa en todas las pequeñas maneras en las que otros han contribuido a tu bienestar: tal vez alguien te ayudó cuando estabas en una situación difícil, o quizás alguien solo te ofreció una palabra amable cuando más lo necesitabas.

Sobre todas las cosas, deberíamos estar agradecidos con Dios. Él nos creó y nos da aliento cada día. Él dio a Su hijo para que nosotros pudiéramos ser perdonados de nuestros errores y ser limpios. Podemos mostrar esa gratitud al tratar de ser las mejores personas que podamos. Puede ser que fallemos constantemente, pero es allí donde entra el sacrificio de Jesús. Siempre podemos intentarlo otra vez. ¡Y eso es algo por lo cual estar agradecidos!