Acercarnos más a Dios
Él es nuestro Padre. Él creó el mundo y a todos nosotros. Él te conoce y te ama.
Dios es nuestro Padre Celestial
Eres un hijo de Dios. Como Dios vive en los cielos, a menudo le llamamos nuestro Padre Celestial. A sus ojos, todos somos iguales y dignos de amor y felicidad. Puesto que Dios es omnisciente, Él nos comprende a cada uno de nosotros en un plano individual. Él conoce nuestros puntos fuertes, nuestras debilidades, nuestras esperanzas y nuestros temores. Nuestro amoroso Padre Celestial es paciente y misericordioso. Independientemente de quiénes seamos o lo que hayamos hecho, Dios desea que acudamos a Él para poder ayudarnos. Al volvernos a Él, sentiremos un mayor gozo en nuestra vida.
Dios nos bendice de muchas maneras
La evidencia del amor de Dios está en todas partes. Podemos aprender a reconocer la mano de Dios en nuestra vida diaria. Dios constantemente nos da dones grandes y pequeños. Él nos dio la vida, nuestros talentos y este hermoso mundo. También pone personas en nuestra vida porque sabe que las necesitamos para que nos den apoyo, amor y gozo. Al sentir ese amor de parte de amigos, familiares e incluso extraños, comenzamos a entender lo que es el amor de Dios.
El don más grande de Dios para nosotros es Su Hijo Jesucristo. Por medio de Él podemos ser perdonados y volver a vivir con nuestro Padre Celestial.
Podemos comunicarnos con Dios por medio de la oración.
Tal como acudimos a nuestros padres en busca de consejo, podemos acudir a Dios con nuestras preocupaciones, preguntas y gratitud. Dios escucha tus oraciones y las contestará. Una de las maneras en las que Él se comunica con nosotros es por medio del Espíritu Santo. El Espíritu nos ayuda a sentir paz, calidez, consuelo y seguridad. Por medio del Espíritu Santo podemos saber que Dios nos ama.