Los miembros de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días son como cualquier otra persona. Tenemos momentos de alegría y también de tristeza. A menudo se considera a los Santos de los Últimos Días como personas amables y felices. Pero eso no significa que no tengamos desafíos. Todos en la vida están librando una dura batalla, pero cuando tratamos de vivir lo mejor posible el Evangelio de Jesucristo, tenemos fortaleza y paz adicionales para superar los problemas. 

En cuanto al estilo de vida, los Santos de los Últimos Días tratan de mantener a Jesucristo en el centro de todo. Nuestras creencias sobre el Salvador y Sus enseñanzas afectan nuestras decisiones diarias sobre cómo hablamos, vestimos y actuamos. Por ejemplo, tratamos de evitar trabajar los domingos para poder asistir a la iglesia, servir a otros y pasar tiempo con la familia. Los miembros fieles de la Iglesia se esfuerzan por no fumar, beber alcohol o apostar. 

El término “mormones” es un apodo que proviene de un libro de Escrituras único de nuestra Iglesia llamado el Libro de Mormón. Nosotros no inventamos el apodo, pero muchas personas lo usan para describir a la Iglesia y sus miembros. En el pasado, hemos aceptado el término e incluso lo hemos usado nosotros mismos, pero recientemente hemos pedido a la gente que llame a la Iglesia por su nombre completo: La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días. Este énfasis en el nombre de la Iglesia nos ayuda a seguir el mandamiento del Señor dado al Profeta José Smith: “Porque así será llamada mi iglesia en los últimos días, sí, La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días” (Doctrina y Convenios 115:4). También ayuda a todos a saber que Jesucristo es el núcleo de nuestra religión y creencias. 

“Santos de los Últimos Días” es una buena form de referir a tus amigos que son miembros de la Iglesia.

Los miembros de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días eligen no beber cerveza porque creemos en un código de salud inspirado llamado la Palabra de Sabiduría, que nos anima a cuidar de nuestros cuerpos. La mayor parte es sentido común: No a las drogas ilegales, al alcohol y al tabaco. La razón para evitar otras sustancias, como el café o el té, quizás sea menos obvia. Sin embargo, creemos que estas instrucciones provienen de Dios, por lo que nos abstenemos de esas sustancias. 

La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días enseña que las relaciones sexuales están reservadas para hombres y mujeres que están legal y legítimamente casados entre sí. Después del matrimonio, Dios espera que los cónyuges sean completamente leales y fieles a sus compañeros. Nos referimos a estos principios como la “ley de castidad.”

Creemos que a través de la intimidad marital, las parejas pueden experimentar algunas de las bendiciones más profundas de la vida, incluyendo el don de los hijos y un vínculo más fuerte entre los cónyuges. Nuestros cuerpos son sagrados (ver 1 Corintios 6:19–20), creados a imagen de Dios (ver Génesis 1:27), y Él quiere que los valoremos. Cuando eres sexualmente puro, te preparas para construir un matrimonio fuerte y para traer hijos al mundo como parte de una familia eterna y amorosa.