¿Estoy a la altura?
Por medio de Jesucristo, Dios ha proporcionado una manera para que nos arrepintamos de nuestros pecados y seamos dignos de regresar a Su presencia.
Dios no te envió aquí para que fracases. Él te ama y desea que tengas éxito.
Cuando Dios nos envió a la tierra para ser probados, Él sabía que cada uno de nosotros tomaría a veces malas decisiones y que nuestros errores nos harían indignos de volver a vivir en Su presencia después de morir. Por eso Él nos envió a un Salvador, Jesucristo, para que sufriera y muriera por nuestros pecados en un acto que llamamos la Expiación.
Jesús ha pagado el precio por cada pecado. Tal vez sientas que tus errores son demasiado graves o que has cometido el mismo error demasiadas veces. Algunos pecados son más fáciles de corregir que otros, pero, por medio de Jesucristo, puedes arrepentirte y ser perdonado.
El élder Jeffrey R. Holland, un apóstol moderno, enseñó: “… [P]or más tarde que piensen que hayan llegado, por más oportunidades que piensen que hayan perdido, por más errores que piensen que hayan cometido, sean cuales sean los talentos que piensen que no tengan, o por más distancia que piensen que hayan recorrido lejos del hogar, de la familia y de Dios, testifico que no han viajado más allá del alcance del amor divino. No es posible que se hundan tan profundamente que no los alcance el brillo de la infinita luz de la expiación de Cristo” (véase Jeffrey R. Holland, “Los obreros de la viña”, Liahona, mayo de 2012).
¿Qué es el arrepentimiento?
El arrepentimiento es mucho más que solo decir que lo lamentas. Es un cambio de corazón que implica apartarse del pecado y volverse a Dios en busca de ayuda y perdón. En la Biblia, Isaías enseñó el poder que tiene el arrepentimiento para borrar completamente nuestros pecados:
“… [A]unque vuestros pecados sean como la grana, como la nieve serán emblanquecidos; aunque sean rojos como el carmesí, vendrán a ser como blanca lana” (Isaías 1:18).
El arrepentimiento es una experiencia personal con Jesús. Algunos pecados pueden tomar más tiempo para poder arrepentirse de ellos que otros. Aunque el proceso de arrepentirse no debe considerarse como una lista de verificación, estos principios pueden ayudarte si no estás seguro de por dónde empezar:
- Ten fe en que el arrepentimiento es posible por medio de Jesucristo.
- Reconoce que has pecado.
- Siente pesar y remordimiento genuinos por tus pecados.
- Abandona el pecado.
- Confiesa tus pecados a Dios por medio de la oración.
- Haz la restitución apropiada.
- Continúa haciendo esfuerzos sinceros por ser mejor.
Las bendiciones del arrepentimiento
El pecado es una carga pesada que nos llena de remordimiento y pesar. El arrepentimiento elimina esos sentimientos y los reemplaza con gozo. Alma, un profeta del Libro de Mormón, describió su felicidad después de arrepentirse: “… [N]o puede haber cosa tan intensa y dulce como lo fue mi gozo” (Alma 36:21). Cuando nos arrepentimos plenamente, somos perdonados y sanados; sentimos paz, gozo, libertad y confianza.
Dios será paciente contigo a medida que trabajes para superar los malos hábitos y las adicciones y hagas cambios reales en tu vida. Ese cambio es posible mediante Jesucristo y Su sacrificio. No importa cuánto tiempo tome, vale la pena.