Encuentra sanación por medio del perdón

El Salvador sanará tu corazón si estás dispuesto a entregarle tu dolor. Perdonar a otros es parte de ese proceso.

Una pareja se perdona y se abraza

Uno de los mayores dones que Dios nos ha dado es nuestro albedrío. Lamentablemente, algunas personas optan por usar su libertad de maneras que lastiman a los demás. Cuando eso sucede, parte del proceso de sanación es perdonar a la persona que te dañó a ti o a alguien a quien amas.

El perdón significa dejar ir la amargura, el enojo, el resentimiento y los pensamientos de venganza. Significa ver a la persona que te hirió con compasión, como un hijo de Dios con el potencial de arrepentirse y cambiar.

Alejandra habla sobre el perdón

Cómo Alejandra encontró paz por medio del perdón

¿Cómo reparas un matrimonio que parece roto? La respuesta para Alejandra y su esposo después de su separación fue perdonarse mutuamente por los errores del pasado y demostrar más amor.

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A veces las personas se resisten a la idea del perdón porque creen, equivocadamente, que perdonar es como decir que lo que les pasó estuvo bien. Podrían temer que el perdón implique que la persona que los lastimó no tenga que enfrentar ninguna consecuencia, o que tendrán que dejar que esa persona vuelva a su vida para lastimarlos nuevamente. Sin embargo, el perdón permite la existencia de límites saludables. Por ejemplo, alguien puede perdonar a un maltratador sin reanudar la relación.

Jesucristo enseñó que, para recibir el perdón de Dios, debemos perdonar a los demás (véase Mateo 6:14–15). Puedes sentirte más seguro de acceder a la gracia divina por tus errores cuando extiendes misericordia a los demás.

El perdón nos brinda paz. Cuando perdonas, dejas más espacio en tu vida para cosas que te traerán felicidad en lugar de desdicha. Estos pasos pueden ayudarte a comenzar el camino hacia el perdón:

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Orar
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No es necesario que confíes en tu propia fuerza. Si le pides sinceramente ayuda a Dios, puedes ser bendecido más allá de tu capacidad individual.

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Recordar el perdón de Dios
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La gratitud por todas las ocasiones en que Dios ha perdonado tus errores puede ayudarte a sentirte más dispuesto a extender misericordia a otras personas.

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Redirigir tus pensamientos
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Centrarte en tu enojo y tu dolor bloquea tu capacidad de perdonar. Cuando te des cuenta de que tus pensamientos están siguiendo el camino conocido de enumerar todas las maneras en las que alguien te ofendió, haz el esfuerzo de pensar en otra cosa. Es posible que necesites una distracción, como un buen libro, para ayudarte.
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Prestar servicio a otras personas
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Seguir el ejemplo de servicio de Jesús puede ayudarte a seguir Su ejemplo de perdón. Servir a los demás te ayuda a ser más como el Salvador y a desarrollar una mayor empatía. Esto hace que sea más fácil perdonar.
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Un sinuoso camino azul
“No juzguéis, y no seréis juzgados; no condenéis, y no seréis condenados; perdonad, y seréis perdonados”.

— Lucas 6:37 (Nuevo Testamento)

“Más bien, sed benignos los unos con los otros, misericordiosos, perdonándoos los unos a los otros, como también Dios os perdonó a vosotros en Cristo”.

— Efesios 4:32 (Nuevo Testamento)

“No te vengarás, ni guardarás rencor a los hijos de tu pueblo, sino que amarás a tu prójimo como a ti mismo. Yo Jehová”.

— Levítico 19:18 (Antiguo Testamento)

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