Hay vida después de la muerte

Podemos volver a vivir con nuestros seres queridos en el cielo.

La muerte no es el final

Muchos de nosotros nos preguntamos qué sucede después de morir. Algunos creen que dejamos de existir, mientras que otros creen en un cielo y un infierno. Las Escrituras nos dicen que vivíamos antes de venir a la tierra y que, debido a que Jesús venció la muerte, seguiremos viviendo después de morir.

Conocer el plan de Dios, y que la muerte es parte de él, nos ayuda a sentir consuelo y paz. Aunque lloramos por aquellos seres queridos que hemos perdido, hay esperanza; la muerte no es el final.

Aprende sobre el plan de Dios

¿De dónde vengo?

Antes de nacer, vivías con Dios, tu Padre Celestial. Él te conocía, te amaba y te enseñó acerca de las decisiones que te conducirían a la felicidad duradera. A ese período se le conoce como la vida preterrenal.

Dios nos presentó Su plan

Dios quiso que viniéramos a la tierra para obtener un cuerpo físico. Aquí afrontamos desafíos y situaciones que nos ayudan a aprender y a crecer para poder llegar a ser más como Él.

Jesús fue elegido para ser nuestro Salvador

Dios sabía que cometeríamos errores, así que escogió a Jesús para que viniera a la tierra y sufriera por nuestros pecados. El sacrificio de Jesús nos permite ser perdonados y limpios de nuestros pecados para que, algún día, podamos volver a vivir con Dios.

¿Cuál es mi propósito en la vida?

Aquí, en la tierra, no recordamos haber vivido con Dios. Es por ello que debemos tener fe y aprender a escoger entre el bien y el mal. La vida no es fácil, pero los tiempos difíciles nos permiten apreciar la felicidad y la paz.

El sacrificio de Jesús

Jesús sufrió y murió por nuestros pecados, pero eso no nos exime de nuestra responsabilidad: debemos aceptar a Jesús arrepintiéndonos cuando cometemos errores, siendo bautizados y guardando Sus mandamientos.

¿Adónde vamos después de morir?

Cuando morimos, nuestro espíritu se separa de nuestro cuerpo. Nuestro espíritu va al mundo de los espíritus, un lugar de descanso y felicidad para aquellos que han tomado buenas decisiones, y un estado de infierno para aquellos que han tomado malas decisiones.

El mundo de los espíritus

El mundo de los espíritus no es un destino ni un juicio final. De hecho, como Dios es tan amoroso y justo, a las personas en el infierno que nunca supieron acerca de Jesús se les enseña Su evangelio y se les da la oportunidad de aceptarlo.

Todos viviremos de nuevo

Jesús venció la muerte para que todos podamos vivir de nuevo. Esto es lo que llamamos la Resurrección. Cuando resucitamos, nuestro espíritu y nuestro cuerpo se vuelven a unir. Nuestro cuerpo será perfecto y nunca volverá a morir.

El juicio

Jesús nos juzgará por nuestros hechos y los deseos de nuestro corazón. Él será todo lo misericordioso que pueda. Debido a que los hechos y los deseos de las personas varían, el cielo incluye diferentes reinos o grados de gloria.

El reino celestial

Nuestro Padre Celestial y Jesús viven en el reino celestial. Si vives de acuerdo con las enseñanzas de Jesús y eres limpiado de tus pecados mediante Su sacrificio, tú irás allá. Vivirás en la presencia de Dios y experimentarás un gozo duradero.

El reino terrestre

Las personas que rechacen el evangelio de Jesucristo pero lleven vidas honorables heredarán un lugar en el reino terrestre.

El reino telestial

Aquellos que permanezcan en sus pecados y no se arrepientan recibirán un lugar en el reino telestial.

Aprende más acerca de lo que sucede después de morir
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¿Qué pasa cuando morimos?

Cuando morimos, nuestro espíritu se separa de nuestro cuerpo. Aunque nuestro cuerpo muere, nuestro espíritu, que es la esencia de quienes somos, continúa viviendo. Nuestro espíritu va al mundo de los espíritus, que se divide en el paraíso espiritual y la prisión espiritual. Para esos espíritus que vivieron vidas rectas, el paraíso es un lugar de reposo. Los miembros de la familia que fallecieron antes que nosotros estarán ahí esperándonos.

Mientras los justos descansan, aquellos que han sido inicuos en la vida vivirán en la prisión espiritual (a menudo denominada “infierno”). La prisión espiritual no es un juicio final ni un castigo eterno. Debido a que Dios es amoroso y justo, a aquellos que estén en la prisión se les enseñará el evangelio de Jesucristo y se les dará la oportunidad de aceptar al Salvador, lo cual podrá “ha[cerlos] libres” (véase Juan 8:32).

El mundo de los espíritus es un período de espera hasta que recibamos el don de la resurrección, cuando el espíritu se reunirá con el cuerpo. Nuestro futuro cuerpo resucitado no podrá morir y será perfecto, libre de dolor, enfermedad e imperfecciones. Es gracias al infinito amor de Jesucristo que todos resucitaremos.

¿Qué ocurre después de la resurrección?

Cuando resucitemos, cada uno de nosotros será juzgado individualmente por Jesús, nuestro Salvador. Ese juicio final se basará en nuestros deseos, nuestros hechos y nuestras decisiones.

Solo Dios y Jesús conocen nuestro corazón y las circunstancias de nuestra vida perfectamente, así que solo ellos pueden juzgarnos perfectamente. Ese juicio será de misericordia, sanación y amor (véase Apocalipsis 21:4).

Debido a que las obras y los deseos de cada persona varían, el cielo incluye diferentes reinos o grados de gloria. Al reino más alto, donde mora Dios, se le llama el reino celestial, seguido de los reinos terrestre y telestial. La Biblia compara nuestra recompensa eterna en uno de estos tres reinos con la gloria del sol, la luna y las estrellas. Pero todos ellos sobrepasan cualquier forma de felicidad que podamos experimentar aquí en la tierra.

El objetivo principal de Dios es ayudar a todos Sus hijos a regresar a vivir con Él en el reino celestial junto a nuestras familias. Sin embargo, las decisiones que tomemos aquí y ahora determinarán dónde pasaremos la eternidad. Debemos creer en Jesucristo, arrepentirnos de nuestros pecados, ser bautizados en Su nombre y recibir el don del Espíritu Santo. También tenemos que guardar los mandamientos durante el resto de nuestra vida y arrepentirnos cuando cometamos errores.

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La salvación es posible gracias a Jesucristo.

Ni la Resurrección ni la salvación de nuestros pecados serían posibles sin Jesucristo. Él sufrió por nuestros pecados para que, cuando oremos para pedir perdón y tratemos de cambiar, podamos ser limpios. También murió en la cruz y resucitó de entre los muertos. El poder de Jesús sobre la muerte significa que todas las personas resucitaremos, tanto si creemos en Él como si no. Gracias a Jesús, la muerte no es el final.

“Fue algo inimaginable, imposible, incalculable, sin precedentes; un acto único que cambió la historia”. (1:48)

El Libro de Mormón proporciona conocimiento adicional y enseña acerca de la función de Jesucristo en el plan de nuestro Padre Celestial para nosotros. Al leer el Libro de Mormón y orar a Dios, puedes saber acerca de la realidad del plan de Dios.

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Preguntas comunes

La gente tiene muchas preguntas acerca de los “mormones” o, de forma más respetuosa, los miembros de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días. Haz clic aquí para ver la lista completa.