Creemos en un Dios personal, lleno de amor y compasión. Él no es un ser distante ni indiferente; es nuestro Padre Celestial. Nos conoce, se interesa por nuestra vida y desea que seamos felices. Podemos acudir a Él en oración, sabiendo que siempre está dispuesto a escucharnos y guiarnos. 

Gracias a Jesucristo y Su sacrificio, podemos ser perdonados, tener una nueva oportunidad y superar las dificultades con Su ayuda. Él no solo nos enseñó cómo vivir, sino que también pagó el precio por nuestros errores. Su amor es real, y Su poder para sanar y transformar vidas también lo es. 

Dios no nos deja solos. Por medio del Espíritu Santo, podemos recibir guía en nuestras decisiones, consuelo en tiempos difíciles y confirmación de que vamos por buen camino. El Espíritu Santo se manifiesta de maneras sutiles pero claras: una sensación de paz, una idea repentina, un sentimiento cálido en el corazón. 

Orar es hablar con Dios. Es una forma poderosa de buscar ayuda, agradecer, pedir perdón y sentir Su presencia en nuestra vida. No se necesita un lenguaje especial ni un lugar específico; basta con un corazón sincero. A través de la oración, podemos sentir que Dios nos escucha, nos comprende y responde. 

El Evangelio de Jesucristo es el camino hacia la paz en esta vida y la felicidad eterna junto a Dios y tus seres queridos en la vida venidera. Gracias a Jesucristo, puedes arrepentirte y recibir el perdón de tus pecados. Puedes volver a vivir. Cuando sigues Sus enseñanzas y acudes a Él en busca de fortaleza, recibirás apoyo en los momentos difíciles, en el dolor y cuando la vida no parece justa. Sentirás una esperanza que es “segura y firme, ancla del alma” (Hebreos 6:19).  

Los misioneros son personas como tú que decidieron hacer una pausa en su vida para ayudarte a acercarte a Jesucristo.  Estos hombres y mujeres jóvenes dejan de lado sus estudios, trabajo, relaciones y otros proyectos personales para dedicarse por completo a servir y enseñar. 

Si has sentido que falta algo en tu vida, o crees en Dios, pero no sabes cómo acercarte más a Él, los misioneros desean compartir contigo un mensaje que puede  cambiar tu vida y ayudarte a encontrar respuestas a preguntas como estas: 

• De dónde venimos, por qué estamos aquí y qué sucede después de esta vida 
• Cómo orar y reconocer respuestas a tus oraciones. 
• Cómo tu familia puede estar unida para siempre. 
• Qué espera Dios de ti. 

Programa una visita con los misioneros. Ellos pueden reunirse contigo en tu casa, en un lugar público, por teléfono o videollamada.