Creeré en la luz
Jesús nos invita: “creed en la luz” (Juan 12:36). A fin de tener un recordatorio constante de ver lo bueno sin importar cuáles sean tus circunstancias, coloca una pintura u obra de arte relacionada con Jesucristo en un lugar visible de tu casa. Si no cuentas con una obra física, puedes descargar una digital de aquí y colocarla como fondo de pantalla en tu computadora o móvil, o si lo prefieres puedes compartirla en una publicación en tus redes sociales.
El templo
Después de entrar a Jerusalén, uno de los primeros lugares que Jesús visita es el templo. La casa de Su Padre es un lugar sagrado donde deben prevalecer la luz y la paz, pero Jesús encuentra esa luz opacada por los varios comerciantes que se han establecido dentro para vender sus bienes. Jesús los expulsa, e inmediatamente se aclara el panorama. Él puede hacer lo mismo por nosotros. Cuando creemos en Él, podemos elevar nuestra vista por encima de las cosas materiales y los elogios mundanos, y enfocarnos en aquello que es sagrado.

Lee el relato sobre Jesús purificando el templo en La Biblia
15 Vinieron, pues, a Jerusalén; y entrando Jesús en el templo, comenzó a echar fuera a los que vendían y compraban en el templo; y volcó las mesas de los cambistas y las sillas de los que vendían palomas;
16 y no consentía que nadie atravesara el templo llevando utensilio alguno.
17 Y les enseñaba, diciendo: ¿No está escrito: Mi casa, casa de oración será llamada para todas las naciones? Pero vosotros la habéis hecho cueva de ladrones.
18 Y lo oyeron los escribas y los principales sacerdotes, y buscaban cómo quitarle la vida; porque le tenían miedo, por cuanto todo el pueblo estaba maravillado de su doctrina.
